La pandemia del Covid19, no solo ha dejado a esta parte de la población, muriéndose sola y sin la presencia de su familia, sino que además el funcionamiento actual  de los Organismos del Estado y las Grandes Corporaciones, los ha convertido en “victimas digitales”.

Vuelva Ud. mañana, como decía LARRA,  a “Pida Cita” previa que se la daremos “mañana”.

O frases como “Vallase Ud. al cajero”, y esta sucursal ya no tiene Caja, ni cajero ni cajera (solo cafetera y mesa de ping pong),   dejando  a la anciana (o anciano) con sus muletas  su rotura de cadera y , solos ante el cajero automático y su destino.

Y no hablemos de pagar un recibo, hacer una transferencia o hacer un trámite con la seguridad social, o cualquier organismo público.

Esto último en una odisea para el ciudadano medio, y para el anciano  una “imposibilidad”.

! Pida Ud.  citatelefónica o por internet!

¿Cuándo?

¡Mañana!

Mientras,  a las grandes corporaciones se les llena la boca con las acciones de Responsabilidad Social y el salvamento de las  “ballenas verdes que bailan flamenco”.

Pero a nuestros mayores,  los mata el Covid, o los atracan en un cajero, o se quedan sin comunicación directa  con la administración y con la Entidad Bancaria de toda la vida (que ahora no tiene alma), o tienen que confiar sus claves digitales,  los ingresos de su pensión y su patrimonio, a terceros, porque no son nativos digitales.

Se convierte en un dependiente antes de serlo: de sus familiares, del personal cuidador, de sus muletas, de los productos financieros tóxicos,  de su pérdida de memoria, o ya de nada  porque se está muriendo.

¿Esta es la vida que queremos para nuestros mayores? ¿Esta es la vida que queremos para nosotros?

Proponemos una vida mejor para ellos y una Ley que los proteja. Pedimos que de la misma manera que existe una normativa anti blanqueo de capitales y  se hacen responsables a las entidades bancarias, exista una Ley de Mayor donde se tutele a los mismos desde las Entidades Bancarias con la Figura del Fedatario Bancario para darle soporte, fe de su estado, y  evitar el “vaciamiento de sus cuentas” y además, se le brinde un trato directo, preferencial y presencial desde las propias Administraciones.

Fdo.: Julio Tecles